Se me quedan cortas las noches en que puedo soñarte.
Se me queda vacía la almohada a la que abrazo.
Me quedo sin palabras en las que pensar para imaginar
que al abrir los ojos tú vas a estar aquí.
Me quedan palabras por decir, y sé que jamás las podré inventar.
Me quedo con el frío que me da saber que ya nada va a poder ser.
Me quedo. No tengo otra.
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