09 enero, 2013

Sonrisa


Tal vez perdí la sonrisa una de aquellas noches.
Cabe la posibilidad que me la olvidara entre aquellas sábanas.
Lo único que sé, es que siempre será tuya.

Tendré que reinventar mi sonrisa para poder sobrevivir a tu ausencia.
Aprender a sonreír sin tu mirada.
A que mi mirada sonría sin tus labios.

Deberé aprender que aunque no estés, mi sonrisa es una de las mejores armas que tengo para poder vivir.

3 comentarios:

maría dijo...

Mientras tengas claro esa última frase, todo irá bien :)

PD. Acabo de ver el libro que te estás leyendo y me ha dado mucha morriña porque cuando estaba en Trento no tenía nada para leer en castellano y uno de mis amigos estaba leyendo el primer libro de esa trilogía y me lo prestó. Ais ^^

Ya me dirás si merece la pena que me lea el segundo. Mua!

JOAN dijo...

Lo más importante es ahora aprender a sonreis a otros ojos, a otros labios...

Que no se pare aquí la vida, quedan aún un montón de estaciones!!

Un petó!!

Isabel Motos dijo...

Chapeau.
Sencillo, conciso y cargado de mensaje; es tremendamente difícil no sentirse identificado con este poema en algún momento de la vida... Me ha llegado, pero especialmente este verso: "Tendré que reinventar mi sonrisa para poder sobrevivir a tu ausencia."
Fantástico, en serio.
¡Un abrazo! :)