24 enero, 2008

Día de lluvia

Hablando al pasado este me confesó que no tengo. Que cualquier tiempo pasado, pasado está. Yo no paré de rebatirle que yo sin mi pasado nada soy y nada seré. Él me replicó que el pasado me juega malas pasadas si lo tengo presente y escrito a permanente. ¡Claro que está a permanente! Pues es mi pasado, es mi historia hasta el día de hoy. Forma parte de mí, y yo de él. Sólo estoy aquí para escribir mi historia en los folios que me dieron nada más nacer. El bolígrafo lo cree yo. Cuando los folios tengas más palabras que espacios en blanco, cuando no quepa ni una sola letra más…empezaré a escribir por las paredes, muros, fachadas…hasta robar la ciudad. La robaré y la llevaré en mis bolsillos. Vaya por donde vaya. Llevaré mi bolígrafo sin tinta por los caminos que me lleve el viento que me arrastra por donde a él se le antoja. Aunque yo me resista. El camino es largo, y frío.
Te echo tanto de menos que me cuesta olerte, me cuesta imaginarme tu piel sobre la mía, me cuesta tanto que me duele. Me duele y ese dolor es tan profundo que me quema en tu ausencia. Oigo llover y quiero estar entre tus brazos viendo la lluvia mojar nuestras calles. Calles sin nombre, sin pasado. Tan sólo el aire, tú y yo. Calles llenas de historia. Tristes y sin final alguno. Las leemos juntos. Las disfrutamos juntos. Uno al lado del otro, y reímos si hay que reír, y lloramos cuando toca reír. Juntos, yo cogido de tu mano y tu apretando la tuya contra la mía. Soñando con la lluvia y las estrellas iluminen nuestro rincón apartado del mundo. Tan sólo NUESTRO mundo.
La locura no es estar tan loco, sino decir adiós a la cordura. Cada alma tiene la locura de una forma, y en sitios diferentes. La locura no es sólo un mal de manicomio, también es un mal callejero. De tu calle. Tú no puedes huir de ti mismo, aunque lo creas y lo desees, y si no puedes la locura está en tu historia. Está en mi historia la cual recuerdo en estos momentos entre lluvia y yo encerrada en una tienda sufriendo los ataques de la naturaleza. Viendo que no para de llorar o de reír. Yo aquí con un boli plasmando el frío que siento entre mi piel. Entre mis poros penetra esa calma que me induce a hallar mi espacio y pensar sin agobios. En medio de cualquier montaña desconocida. Nunca hallada. Nunca escrita. Una tienda convertida en ludoteca para disfrazar el miedo en distracción y risas.

2 comentarios:

Frozen dijo...

Precioso, como siempre ;)

laura dijo...

solo decir que frozen se me adelanto en el comentario



;)