26 noviembre, 2008

Cambio

Siempre es duro decir adiós, y más si sabes que no posiblemente no vuelvas a compartir tiempo con esa persona. No sabes que decir, no sabes que hacer. Simplemente el tiempo sigue su curso, y te toca decir adiós. Has aprendido más de lo que ella nunca sabrá, te ha ayudado más de lo que ella sabe, y no sabes como demostrarlo. Simplemente dejas correr el tiempo. Esa es mi sentimiento hacia mi profesora que mañana no la volveré a ver en clase desesperandose por hacernos callar. Desesperandose porque ella cree que no logra transmitir todo lo que ella quiere hacernos llegar. Desesperandose porque cree que no le respetamos. Al contrario, en este mes y medio, eres una de las personas a las que más respetamos. La que más nos ha transmitido, y de la que más hemos aprendido. En una de las que más confiamos. Y nos sentimos bien. Gracias.

Espero que tú hayas sentido lo mismo. Y que los que vengan después, sepan hacerte ver todo lo que vales.



Mañana aparecerá otra profesora por la puerta, y nadie sabrá que hacer.

No hay comentarios: