24 enero, 2012

El tiempo

Mire el sms que acaba de recibir mi móvil. "Maldito seas. Vuelve. El tiempo es tiempo contigo".Releí con avidez el mensaje, mire a mi alrededor. Lo volví a leer. Volví a mirar y lo borré. En estos días es peligroso tener cualquier mención sobre el tiempo. Hoy en día es peligroso saberse sabedor del tiempo.
Me guardé el móvil, y entre en la cafetería. Ahí me esperaba mi hermano.

-Leo en tus ojos que algo no va bien.
+Pues no leas tanto.

Pero si, algo no iba bien. Algo iba tremendamente mal. Algo no iba. Y es que mi profesión esta en contra de todas las leyes de mi ciudad: soy traficante del tiempo. Me dedico a traficar con el tiempo. Sé que diréis que eso es inhumano, cada uno tiene su tiempo. Pero aquí, donde vivo, no hay tiempo. No hay relojes. No hay días. Ni meses y mucho menos años. No puedes llegar tarde, porque no hay tiempo que lo indique.
Mucha gente se resigna, y obedece las leyes. Yo no pude. Me negué, y ahora trafico con calendarios, relojes, y vida. Y ahí es donde reside el problema; mucha gente se está dando cuenta de que no podemos vivir bajo está represión, y se quieren unir a mí. Yo solo puedo escapar de los jueces, pero no sé si podremos tanta gente. Pero tendremos que ir, tendremos que ir a la revolución

1 comentario:

Dcamps dijo...

Será cuestión de acordar y darle un golpe de muerte al tiempo, de una vez por todas. Cuentas conmigo.