Cogeme la mano.
Entrelaza tus dedos entre los míos.
Aprieta. No sueltes. Aprieta.
No me sueltes, ni tan siquiera para respirar.
Dime que estarás, dime que serás.
Di que seremos y no fuimos.
Y yo no sé para que hablo, sino soy.
No sé para que escribo, si las palabras no son.
Ni tan siquiera me escriben versos.
Ni me interrumpen besando.
Tal vez ni siquiera.
2 comentarios:
Es tan adictivo amar a alguien q muxas veces no sabemos ver más allá de sus ojos, o sus manos!
Si las cosas no van bien es necesario recordar q el mundo nunca se acaba, siempre habrá una nueva mañana!
un abrazo fuerte!!
pd. me he fijado q coincidimos en muchos blogs, no sé si llegaste tu primero, y de rebote caí yo o fue al revés, pero es bonito ver como se va tejiendo una red de gente q ama la palabra!!
No me había fijado en q no me había hecho seguidor de tu blog, creía q ya lo era!!
Sea como sea está ya solucionado ;)
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