08 enero, 2012

Interrupciones


Cogeme la mano.
Entrelaza tus dedos entre los míos.
Aprieta. No sueltes. Aprieta.
No me sueltes, ni tan siquiera para respirar.
Dime que estarás, dime que serás.
Di que seremos y no fuimos.

Y yo no sé para que hablo, sino soy.
No sé para que escribo, si las palabras no son.
Ni tan siquiera me escriben versos.
Ni me interrumpen besando.
Tal vez ni siquiera.

2 comentarios:

JOAN dijo...

Es tan adictivo amar a alguien q muxas veces no sabemos ver más allá de sus ojos, o sus manos!

Si las cosas no van bien es necesario recordar q el mundo nunca se acaba, siempre habrá una nueva mañana!

un abrazo fuerte!!

pd. me he fijado q coincidimos en muchos blogs, no sé si llegaste tu primero, y de rebote caí yo o fue al revés, pero es bonito ver como se va tejiendo una red de gente q ama la palabra!!

JOAN dijo...

No me había fijado en q no me había hecho seguidor de tu blog, creía q ya lo era!!

Sea como sea está ya solucionado ;)