Si ayer hubiera tenido ocasión de leer en tu mirada, lo habría hecho sin dudar. Fue fugaz, pero tan intenso que me desarmó. Cruzamos miradas, pero yo no supe leerte. Y yo quise esconderme tras mi indescifrable papel. Tras mi sonrisa. Me escudé en ella. Tenía miedo. Pero siempre estaré agradecida por devolverme la mirada. Por hacerme ver a través de otros ojos que no fuesen los míos. Lo necesitaba.
Todavía hoy me pregunto que te hizo mirarme así.
1 comentario:
Ya sabes lo que dicen, que las miradas son el espejo del alma... ;)
Publicar un comentario