19 agosto, 2007

Entre que voy y vengo, no tengo casi tiempo para escribir. Pero el tiempo que no tengo para invertir aquí, lo invierto en pensar. Me ha dado por observar, por ver, por escuchar, por oir....y el mundo está fatal de los nervios. No hay más que coches, nervios, gente andando sin escuchar...pero entre toda esa fauna hay siempre una chispa de sonrisa, de optimismo. Mismamente hoy volviendo a casa, me he cruzado con un niño de unos 10 u 11 años, y el que parecia su hermano mayor. El segundo iba con prisas, pero el primero se me ha quedado mirando. Me ha saludado, sin conocerme, yo le he sacado la lengua, y asi hemos estado hasta que yo he girado la esquina. Aun hay esperanza, y eso me hace seguir caminando. Para seguir viendo, y conociendo.

1 comentario:

Frozen dijo...

Me recuerda al articulo sobre magia de Fran Reca. Aún hay esperanza, siempre la hay.