07 julio, 2006

41 almas

Tanto silencio que cualquier movimiento del agua se oye, que cualquier susurro es un grito, y donde un reloj de arena cuenta las palabras calladas, y las miradas lanzadas.


Valencia se disfraza de veloces voces, de tristezas den el otoño y de banderas que no son de nadie.
En la boca de la vida, esta se transforma en muerte. Los silencios se podían contar en horas. La boca del infierno esta abierta para los miedos, y para las locuras nunca citadas.
41 muertos en la esquina de mi casa donde la mitad de las puertas me las recorrí a diario, mientras veía caras que están enterradas, y que nunca me volveré a ver mirar al suelo, suelo donde ellos perdieron su voz.

Mirando al mar, mirando al cielo y gritando al viento su tortura. Revocando su decisión con palas y piedras.

1 comentario:

Frozen dijo...

Precioso. Ya lo sabes. No insistiré. Cada día escribes mejor, poetisa.

En el foro de fitipaldis tienes regalitos ^^